19 de marzo de 2012

APRENDIENDO DE LA SOLEDAD


Imagina que estás en un lugar perdido y alejado de la vida cotidiana, solo estás tú, el aire, el sol, la naturaleza... Sientes la brisa rozar tu piel, a tus pies sintiendo la energía de la tierra, escuchando el sonido del mar, el movimiento de los árboles. El sol te da calor y fuerza. Se abre un camino a tu alrededor rodeado de flores de todos los colores. Es tu paraíso, estás solo y eres feliz. Te sientes libre. Puedes crear todo lo que quieras por tu camino... el arcoiris, un río, hierba fresca, montañas... Es un lugar especial, en el que solo estas tú, donde puedes pintar, hacer una escultura con barro, bailar, cantar, soñar... Por el camino de flores vas subiendo poco a poco hasta alcanzar lo alto de la montaña. A tu paso te encuentras con animales que son libres como tú. Admiras como sale una mariposa de su capullo para experimentar el mundo que le rodea tan solo por un día, ves como un águila observa todo desde el cielo y a los peces fluir por el río dejándose llevar por la corriente. Después de un camino de aprendizaje, llegas a la cima de la montaña. Te ha costado porque estaba muy alto, pero lo has conseguido por ti mismo. Y por fin, puedes contemplar todo cuanto hay a tu alrededor. Las nubes pasan cerca de ti y tienen el color de la puesta del sol, todo está en calma... Y en ese mismo lugar, te descubres. Eres consciente de tu creatividad. Eres capaz. Y aunque estés solo, te conoces más y puedes alcanzar cualquier meta que te propongas. No necesitas nada más que a ti mismo.


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